lunes, 7 de junio de 2010

Recursos Humanos: Un bien desechable?

Una de las ideas más visibles en la actualidad, relacionada gestión de los recursos humanos, se encuentra ligada a la manera en que los recursos humanos son tratados (léase administrados) y a su visión dentro del marco organizacional.

Es conocida la afición, la impresión y la predisposición de las personas en su forma de pensar sobre las organizaciones por administrar a los recursos humanos, como una cifra, un bien prescindible y peor aun un bien desechable, entonces acude a mí la pregunta ¿Se gestiona adecuadamente los Recursos Humanos en la organización moderna?. Sin lugar a dudas esta es una pregunta que hoy abre un intenso debate con partidarios y detractores, donde muchas veces las posiciones no lograr un acuerdo equilibrado ni menos un consenso.

Una visión inicial es comprender ¿Cuándo los seres humanos se transforman en un recurso?, pues bien los seres humanos se convierten en recursos auténticos cuando son utilizados para fines concretos, sin embargo esta utilización debería estar acompañada de una retribución equitativa entorno a su factibilidad de crear valor en la organización.

Creo que la problemática de fondo se encuentra ligada a que habitualmente los trabajadores son tratados como un recurso e instintivamente como un bien material, ya sea materias primas o productos manufacturados, transformándose de esta manera en un bien de consumo, bien sustituible, si bien es cierto necesarios en la organizaciones, pero también en un bien desechables dependiendo de las necesidades de la organización, el mercado o la libre competencia.

El problema con la concepción de tratar a los recursos humanos como un recurso, es que no se está tomando en consideración la creación de valor que este bien (o recurso) genera dentro de la organización en la cual se desempeña. Así las cosas entonces las organizaciones están dejando de lado en su manera de administración actual una de las premisas y prestaciones reales más relevantes que este bien puede aportar, ya que su capacidad, su ingenio e inteligencia y la creación de relaciones interpersonales en conjunto con su personalidad son las que permiten el crecimiento de vínculos impulsando la creación de un bien superior, mas allá de un producto o servicio generado por la organización.

Por ello es necesario incentivar y comprender que se está tratando frente a un bien (léase recurso) no tangible (mas allá de un recurso físico), el cual mediante su conocimiento puesto en acción permite la creación de valor dentro de las organizaciones, en la medida que esta situación no sea interiorizada en la gestión organizacional, se está dejando de lado una de las ventajas que la organización puede tener a su haber.

Esta ventaja es tangibilizada en la organización en su cultura, en su imagen, en sus aptitudes y en sus actitudes transformándose con el tiempo en una ventaja competitiva en el mercado. Finalmente es necesario comprender que en la medida que los recursos humanos, sean utilizados para pensar y dirigir y se logre una adecuada incorporación de la gestión del conocimiento en lugar que solo actuar se estará entregando un valor real de bien superior a la organización.

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